15 de enero de 2017

SUICIDO EN TERUEL POR UNA PROMESA A LA VIRGEN - I.- Impacto mediático de una tragedia olvidada

Parece mentira que una historia como la que tratamos hoy, ocurrida en el año 1924, no haya quedado en el imaginario popular de los turolenses. Es una tragedia en la que el amor tiene su protagonismo, con un desenlace letal al igual que en la tradición de Isabel y Diego.
Un relato que produce desasosiego. Por un lado nos muestra hasta que extremos puede llegar el fanatismo religioso. Pero por otro, también, hasta que extremos puede llegar el amor de una madre.
La noticia que todos los periódicos madrileños publicaron el día de Nochebuena de 1924, se resume así: una madre ofreció su vida a la Virgen del Carmen a cambio de la de su hijo, que se encontraba en la guerra de África; y a las pocas horas de volver éste sano y salvo, cumplió su promesa y se suicidó arrojándose al Turia.
“La Voz”, por ser un diario nocturno, adelantaba la información el día 23, que ocupaba la parte central de la primera plana. Titula:

“Una tragedia en Teruel.- Una madre ofreció su vida a cambio de la de su hijo, que luchaba en África.- Y cuando éste volvió, para cumplir su voto, se arrojó al río Turia”.

También aparecía en portada en el diario independiente “El Orzán”, al día siguiente:

“Amor de madre.- Ofrenda a la Virgen su vida para que se salve su hijo.- Una novela en acción”.

“La Libertad”, por su parte, en páginas interiores, presenta la noticia:

“Los dramas del fanatismo.- Se suicida la madre porque su hijo vuelve sano de África”.

Otras visiones del suceso. “El Imparcial”, en la cuarta página, la titula así:

“El rasgo de una madre.- Ofreció su vida por la de su hijo.- Y ha cumplido su promesa suicidándose”.

Similar es la llamada de “El Sol”:

“En cumplimiento de un voto, una mujer se arroja al río. Ofreció su vida por salvar la de su hijo”.

Y, para terminar, “Heraldo de Madrid” dice:

“Una ofrenda trágica.- Sacrifica su vida por temor a que pueda sucumbir su hijo”.

El relato es parecido en todos los periódicos. Comienza “La Voz”:

“Se conocen nuevas noticias que explican la muerte de Leonor Grao (en el resto de los periódicos el apellido es Grau) que apareció ahogada en el río Turia. El suceso aparecía envuelto en el más absoluto misterio, y no se conocía ningún detalle que pudiera aparecer como motivo de un crimen o suicidio.
“Ahora, informes posteriores dan al suceso un realce extraordinario y lo convierte en una tragedia como no se recuerda desde hace muchos años. Se trata de un suicidio, y los móviles pueden atribuirse a la mezcla de fanatismo religioso y del profundo amor maternal de Leonor Grao.
“El hijo de ésta había permanecido treinta y siete meses sirviendo en el ejército de África. Durante este tiempo perdió Leonor a su esposo. La madre, apesadumbrada por la muerte del marido, y temerosa de que a su hijo le ocurriese también una desgracia mortal, formuló un voto ante la Virgen del Carmen. El voto consistía en la ofrenda de su propia vida, si la divinidad conservaba la de su hijo”.



Noticia publicada por "La Voz".

SUICIDO EN TERUEL POR UNA PROMESA A LA VIRGEN - II.- Objetivo cumplido.

Como imaginarán, el hijo regresó de ese matadero que era la guerra de África, y la madre cumplió su promesa. En efecto, retomando el relato del diario “La Voz”:

“El viernes (día 19) por la noche llegó licenciado de Marruecos el hijo de Leonor, llamado Francisco Pérez Grao.
“El regreso del hijo colmó de alegría a la madre; pero bien pronto recordó el voto contraído, y según se desprende de los detalles conocidos ahora, en su imaginación se presentó un terrible dilema. Su hijo había vuelto, pero ella estaba en deuda de su propia vida con la Virgen.
“Producto de su sencillez e ingenuidad, llegó a creer que al faltar al voto la vida de su hijo volvería a correr un serio peligro, y tomó la fatal resolución.
“El mismo viernes la madre y el hijo cenaron en casa de un pariente llamado Emilio Herrero, conocido comerciante de Teruel, y a la una de la madrugada regresaron al domicilio.
“El licenciado se acostó; la madre fue a la alcoba de su hijo; lo tapó bien, lo besó y le dijo:
“ -Estoy encantada con que hayas vuelto. La Virgen del Carmen te ha traído otra vez a mi lado. Pero yo ahora tengo que cumplirle a la Virgen la promesa que le hice para que conservara tu vida”.
“La madre besó por última vez a su hijo sobre la frente y, deseándole que durmiera bien, salió de la habitación.
“Pasó la noche, y cuando aún no había amanecido, la madre se vistió y salió de casa. Nadie la vio salir. Se ha sabido después que desde su casa salió directamente con dirección a la ermita de la Virgen del Carmen.
“En la ermita rezó, y cuando comenzaba a llegar el día, se fue al río Turia, y se tiró a él, cumpliendo así su promesa”.

Suponemos que lo hizo desde el puente del Cubo.
En otras versiones, como en la de “La Libertad”, se dice que tras arroparle, la madre regresó en tres ocasiones a besar a su hijo, y fue en la última cuando dijo: “Luego iré a ver a la Virgen del Carmen para cumplir lo que ofrecí”.
“El Imparcial” y otros diarios detallan que Leonor salió de casa medio desnuda “a pesar de los quince grados bajo cero de temperatura”. Y no faltan coletillas -caso de “El Orzán”- como “el hecho, al ser conocido, ha producido una enorme impresión en este pueblo”.
Pero este extraordinario suceso cayó en el olvido, tal vez eclipsado por los horrores de la guerra civil, opinaba Juan Carlos, el amigo que me puso sobre la pista


 
Ermita de la Virgen del Carmen, uno de los escenarios de la tragedia.

1 de enero de 2017

Crisis económica y crisis demográfica: La provincia se desangra

Algunas variables municipales durante los años de crisis.

La provincia de Teruel ha perdido cerca de 10.000 censados por culpa de la crisis. Solo 32 de sus 236 municipios contaban en el último censo, correspondiente al 1 de enero de 2016, con más vecinos que el mismo día de 2009, en que la crisis económica frenó la firme línea ascendente que la demografía turolense mantenía tras el mínimo histórico de 2001.
Casi todos los grandes municipios han padecido una sangría poblacional durante los últimos años. En cifras absolutas, Andorra es el que pierde más empadronados, 528 menos que en el máximo del 2009; siguen Cella (-439), Calamocha (-408), Alcorisa (-371), Alcañiz (-349) y Utrillas (-332).
Porcentualmente, Cella es el más perjudicado, pues los 436 vecinos desparecidos suponen recortar en un 14,1% sus efectivos humanos; también han perdido el 10% o más Montalbán, Santa Eulalia, Mora de Rubielos y Alcorisa.
Constituyen la excepción la capital y Valderrobres, Teruel gana 168 habitantes y la villa del Matarraña apenas 26. Proporcionalmente son ganancias mínimas; teniendo en cuenta de que en la ciudad de los Amantes está censada más de la cuarta parte de la población provincial, esos 168 nuevos vecinos representan un ínfimo crecimiento del 0,47%, el más bajo entre los 32 municipios con saldo positivo. El Valderrobres aumenta al 1,14%, el tercero por la cola.


Fuera del club

Dos localidades, Escucha y La Puebla de Híjar abandonan el exclusivo grupo de las que cuentan con más de un millar de inscritos en el padrón municipal. Unos cuantos dejan el del medio millar, de mayor a menor población son Fuentes Claras, Urrea de Gaén, La Fresneda, Peñarroya de Tastavins, Torrijo del Campo, La Puebla de Valverde, La Iglesuela del Cid, Ojos Negros y Alcalá de la Selva; el municipio serrano pasó de contar con 513 vecinos en 2009 a 398 siete años después, 115 o un 22,5% menos.
Villastar es el único pueblo que “asciende de categoría” y entra en el grupo de los que superan los 500 habitantes, 503 en el último censo a pesar de un notable descenso respecto al anterior.
Tras la capital, Valderrobres, Cedrillas (619 cedrillenses, siete más que en 2009) y Villastar, los demás municipios que han aumentado su vecindario son muy pequeños; los más grandes Torrevelilla (203), Torres de Albarracín (179) y Griegos (160).
La presencia de estos Ayuntamientos tan poco poblados entre los que han crecido hacen que algunos de ellos los porcentajes se disparen; por ejemplo, Allueva contaba con 15 habitantes, que ahora se elevan a 28, prácticamente el doble, un aumento del 93,3%. 
Algo parecido ocurre con el que durante muchos años fue el pueblo más pequeño de España, Salcedillo, con un censo de 7-8 habitantes entre 1998 y 2005. En 2009 eran 10 censados, y el año pasado 17, el 70% de crecimiento. Pero con el mayor desequilibrio entre hombres y mujeres de la provincia tras Toril y Masegoso. En la última revisión padronal constaban en Salcedillo 14 varones y 3 mujeres, frente a 10 y tres en la anterior de 2015.

Muchos tíos y pocas tías

Teruel es una de las provincias españolas donde la población masculina supera a la femenina, con 69.505 hombres y 67.473 mujeres, constituyendo los primeros el 50,48% del total. En los pequeños pueblos se llegan a producir fuertes desequilibrios, en Toril y Masegoso constan 25 varones y solo 5 mujeres; también en Salcedillo y Lanzuela el porcentaje de varones supera el 75%.
En el otro extremo, La Zoma tiene 5 censados y 11 censadas, los varones representan un escaso 31,25% de la población; también destacan en este sentido Aguatón, Cortes de Aragón, Seno, Visiedo, Torrijas y Torrevelilla.
Solo en 32 poblaciones turolenses hay predominio de mujeres, en Cretas y Santa Cruz de Nogueras están al 50%, y en los 130 restantes son hombres la mayoría. Entre las primeras solo aparecen cuatro poblaciones que superan el millar de censados, correspondiendo a la capital la menor proporción de varones, el 47,82%. Siguen a notable distancia Calamocha (49,15%), Calanda y Alcañiz.
El más “masculinizado” de los municipios grandes es Sarrión, con un 52,98%, y le siguen de cerca Mas de las Matas y Cella. Albarracín y Utrillas superan el 51%, y en el resto el predominio de los varones es ligero, pudiendo hablarse de práctico equilibrio en Calaceite (520 hombres y 519 mujeres) y Monreal del Campo (1.265 y 1.261, respectivamente).

Zamora y Cuenca, aún peor

Teruel ha sido la tercera provincia que, en términos porcentuales, más habitantes ha perdido, la caída del 6,66% solo es superada por Cuenca (7,50%) y Zamora (7,80%). La nuestra ha pasado a contar de 146.751 vecinos en 2009 a 136.977 en la cifra provisional de la última revisión del padrón, 9.774 menos.

En el conjunto nacional, el decremento ha sido relativamente ligero, del 0,40%, comparado con el del 2,82 en Aragón, que pasa de 1.345.473 a 1.308.593 habitantes.

Los 136.977 computados en el último censo son 1.955 menos que el anterior, la mayor caída con diferencia producida desde que se inició la revisión continua del padrón en 1996, y se acerca peligrosamente al mínimo histórico de 2001, 136.233.