1 de octubre de 2014

Jarque de la Val, donde los pastores se llevaban lectura al campo. 3.- Ni blasfemos, ni borrachos, ni delincuentes.

Veamos algunas declaraciones de los personajes del pueblo que fueron entrevistados.
El alcalde, Juan Francisco Ferrer:

Desde que soy alcalde de este pueblo, a raíz del advenimiento del Directorio, me siento cada día más orgulloso de administrar sus intereses. En realidad, las autoridades, por lo que respecta a la cultura, poco hemos hecho. Cuanto se ha conseguido se debe a la incansable labor de sus maestros, y especialmente al que en la actualidad desempeña esta escuela, D. Nivardo Royo, secundado por su esposa, doña Visitación Gómez, que está al frente de la escuela de niñas
“...Hace algunos años se cayó la torre de la Iglesia, y el Gobierno solo consignó 2.000 pesetas para la reparación, cantidad insignificante, porque el presupuesto ascendía a 30.000. Se hizo un llamamiento a los vecinos, y en pocos días se recaudaron las 28.000 pesetas restantes. De igual manera se hubiera recaudado el total del presupuesto si el Gobierno no hubiese dado nada.
“Tenemos muchas necesidades públicas, pero las más perentorias son: la traída de luz eléctrica, un reloj para nuestra torre y la construcción de un pantano en él sitio llamado Fuente de la Salud. Estas tres mejoras constituyen para este pueblo una gran preocupación. Pediremos protección a los Poderes públicos, y si no nos la otorgan, tarde o temprano realizaremos nuestras aspiraciones, y del mismo modo que levantamos la torre, llegaremos a tener luz, reloj y pantano. En un pueblo como el de Jarque se puede conseguir todo”.

El párroco, Carlos Torán:

“En enero próximo hará dos años que estoy al frente de la parroquia de este pueblo. Mi digno antecesor, D. Crispín Conesa, que estuvo aquí doce años, fue un modelo de religioso. Desde hace medio siglo, Jarque ha tenido maestros ejemplares. Está aquí tan arraigado el amor a la cultura, que los pastores no van al campo sin llevar revistas, periódicos o libros, y se da el caso, como el del pastor del alcalde, que anda a vueltas con el latín y no tardará mucho en saber leer a Cicerón. También es admirable la piedad de este pueblo. En la reciente colecta que se hizo a favor de los niños alemanes, Jarque contribuyó en la medida de sus fuerzas, cómo lo hace constantemente en el cepillo que tenemos en la iglesia para el pan de los pobres”.

Pero lo más destacado, con lo que debemos de quedarnos, es con esta declaración del propio don Nivardo:

“Nada de homenajes, porque ya he dicho que esto no concede ningún mérito para la eterna vida... Y, sobre todo, porque tan abrumado estoy, que si Vds. no acaban pronto me van a matar”.

Y no hubo homenaje. Y no se publicó ninguna de las más de 50 placas que, citaba Cano, había hecho su fotógrafo. Y Jarque de la Val, de golpe y porrazo, desapareció de las páginas de los periódicos. La explicación la publica el rotativo del gremio de la Enseñanza “La Asociación”:

Nuestro estimado amigo y compañero de Jarque de la Val, D. Nivardo Royo, nos ruega encarecidamente suspendamos todo comentario, y publicación de artículos referentes al proyectado homenaje para premiar la cultura del pueblo donde presta sus servicios.
“El Sr. Royo manifiesta por nuestro conducto su agradecimiento a cuantos con este motivo le han dirigido frases de encomio, y suplica se abstengan de hacer nuevas demostraciones en ese sentido, pues cree firmemente que aunque llevada con buen fin, la campaña actual, ha rebasado los límites del elogio, al cual no se cree merecedor, pues se considera un humildísimo maestro, amante de sus compañeros, en todos los cuales reconoce superioridad de dotes; y respetuoso para sus dignos jefes.
“Queda complacido el amigo Royo, y por nuestra parte prometemos atender su ruego para dejar a salvo sus escrúpulos de conciencia y no herir su delicadeza”.

Jarque de la Val en la actualidad (redturismo.com)

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