11 de octubre de 2014

El “saludador”, un “brujo para conjurar la rabia. 1.- El de Torrelacárcel, “el tío Matamadres”, y otros de su estirpe

En una sociedad ignorante, donde la rabia era una terrible enfermedad sin cura, el clavo ardiendo al que muchos se agarraban si sospechaban haberla contraído era el “saludador”. Una especie de curandero denostado por la escasa población culta, pero en quien llegaba a confiar ciegamente el vulgo, hasta el extremo de que los propios Ayuntamientos requerían sus servicios para el pueblo.
Define como “saludador” la Real Academia: “Embaucador que se dedica a curar o precaver la rabia, con el aliento, la saliva y ciertas deprecaciones y fórmulas”. Hay una primera acepción que es el adjetivo “que saluda”; sin embargo en el caso que nos atañe la palabra no deriva de “saludo”, sino de “salud” por la capacidad de sanar que se les suponía.
Un don que reivindicaban en función de circunstancias de su nacimiento como ser el mayor de dos hermanos gemelos, el séptimo hijo varón, venir al mundo en fechas como Jueves o Viernes Santo, Nochebuena, etc... No solo “saludadores”, también había “saludadoras”. Compaginaban esta actividad con otras como las propias del campo, o la mendicidad.
Como narré al hablar de los lobos (“Lobos y rabia, mala combinación”), cuando en Las Parras de Martín, corriendo el año, 1847, dos pastores sospecharon que el animal que les había mordido estaba rabioso, “fueron a un saludador que se consiente esté a las inmediaciones de Teruel alimentando este fanatismo contra la religión y haciendo víctimas, pues descuidan de otros medios de curación”.
La confianza del pueblo llano y la permisividad de las autoridades con estos farsantes exasperaba a las clases cultivadas. “La Asociación” revista profesional de Medicina y Cirugía, Farmacia y Veterinaria de la provincia de Teruel”, narra en julio de 1883 que en el pueblo de Tortajada, a medianos de abril apareció un perro hidrófobo al que se pudo matar después de haber mordido a alguna persona y a varios animales domésticos, y los dueños de éstos quedaron muy tranquilos por cuanto fueron inmediatamente a presentarlos al saludador”.
Pasados cuarenta días, un vecino llamado Juan Cebrián se presentó ante el veterinario, Lucas Herrero, con un mulo que presentaba todos los síntomas de hidrofobia; así que le instó a comunicárselo al alcalde y a actuar conforme se estipulaba en estos casos.

“... Tal proceder indica el buen sentido, previene la ley y aconseja la ciencia; pero el labrador interesado opinó de otra manera, y marchó con su mulo por segunda vez en busca del saludador, regresando muy pronto a su pueblo sin el animal, pues se le mató desesperado en el camino, pero sin dudar jamás, a pesar de todo, del poder milagroso y santidad del saludador de Torre la cárcel (Torrelacárcel).
“¡Oh tolerancia de nuestras autoridades, ejercicio de las profesiones médicas, cultura y civilización de nuestro pueblo...!”

Otra publicación de un sector cultivado, “La Unión”, destinada a los maestros de la provincia, narra en mayo de 1887 el siguiente suceso con fines pedagógicos:

“En término de Orihuela ha tenido desastrosa muerte un labrador llamado Roque Cerezo, de 30 años de edad, casado a quien mordió un perro hidrófobo, de su propiedad, hace poco más de un mes. El infeliz acudió el mismo día que fue mordido a un saludador que llaman «el tío Matamadres», con lo que se quedó tranquilo y tan confiado, que se negó a toda curación facultativa.
“Pues bien: desarrollado el terrible mal, se escapó de casa y fue al campo. Allí le encontraron la Guardia civil, varios municipales y unos cuantos curiosos completamente desnudo y sin dejar que nadie se acercase a él. Solo aprovechando una ocasión, se logró tirar una capa encima y sujetarle por este medio; pero cuando iban a amarrarlo, se lo encontraron ya muerto.
“Casos como este puede y debe aprovechar el maestro para inculcar en sus discípulos ideas de aversión a esas gentes que viven exclusivamente de la ignorancia del vulgo, con gravísimo detrimento de la salud de los intereses de éste”.


Representación de un “saludador”, en un grabado publicado por “Nuevo Mundo” en 1908.

El “saludador”, un “brujo para conjurar la rabia. Y 2.- Actuación estelar en Cantavieja

(Anterior)
Decía en el capítulo anterior que los saludadores llegaban a ser contratados por los ayuntamientos. Narra “La Antorcha”, en marzo de 1888, que en el cercano pueblo de Castielfabib (Rincón de Ademuz. Valencia), había fallecido un vecino por culpa de un pedro hidrófobo que también mordió a dos niños y varias ovejas. Y...

“... Da mayor fama al hecho citado, la circunstancia de que el alcalde de aquel pueblo ha contratado a un saludador para que cure los estragos del mal y evite la propagación del virus rábido.
“¡Cuánta ignorancia!”

Pero el relato completo, el de la actuación de un saludador que prestó sus servicios en Cantavieja, lo ofrece “El Turolense” un domingo de mayo de 1888, es una narración que transcribe de “El Maestrazgo Liberal” editado en la vecina Morella (Castellón):

“Murió un perro, no se sabe de qué a punto fijo, en una masía de este término denominada «Casa de Buja», y contando su dueño con que el animal lo mismo podía haber dejado de existir de hidrofobia que de cualquier otra enfermedad pensó, instigado sin duda por el instinto de conservación, en prevalecerse o preservarse para el caso de que animalejo hubiera sido hidrófobo. Fue y vino una porción de veces al pueblo de Monteagudo, diez horas distante de éste, y pudo lograr a fin de fuerza de súplicas que un célebre saludador que allá existe, se dignase venir a su casa masía, en donde exorcizó al microbio rábico, que el perro aquel había propagado entre las personas y animales de aquella casa. Hasta de aquí todo va bien, y no hay en la primera parte de esta historia más que una cosa que resalte: la ignorancia de ciertas gentes, y el modus vivendi del acreditado saludador”.

Pues el corresponsal de Cantavieja lamenta que, como había pasado en Castielfabib, no se limitó a una visita particular:

“... Serían como la seis de esta mañana, cuando el redoble de un tambor (señal usada en la villa para indicar que la autoridad va a hablar a los vecinos por medio del voz pública) nos ha despertado a los que dormíamos, y ha reunido en torno del tambor a los despiertos, oyendo todos, (porque después del redoble todos escuchábamos) lo siguiente:
«De Orden del Sr. alcalde y demás individuos del Ayuntamiento se hace saber: que todos los vecinos que quieran ser visitados por el saludador, acudan a la plaza del Arrabal».
“Allí hemos acudido, amigo director, y por delante de esa celebridad han ido desfilando con muestras del mayor respeto como una quinientas personas, de todos sexos y edades, y cuatrocientos animales de todas especies, entre la cuáles (de unos y otros) ha repasado algunos el Santón diciendo que estaban dañados, y trazando en el aire algunos signos cabalísticos ha asegurado luego que ya estaban curados”.

La actuación del “brujo” era realmente singular, mezclando lo católico y lo pagano:

“... Después han extendió una manta en el suelo y sobre ella noventa panes y una cantidad de sal; una mujer se ha arrodillado y el Saludador, descubriéndose y teniendo en su mano izquierda un crucifijo, ha pronunciado unas a manera de oraciones, que han debido dar por resultado comunicar a las especies allí extendidas las virtudes santas con que Dios ha colmado al que las pronunciaba.
“Después de esto, yo supongo que el Ayuntamiento de esta villa habrá sacado alguna cantidad de los fondos municipales para satisfacer los honorarios del Saludador, el cual se ha marchado enseguida a llevar, sin duda, su benéfico influjo a los vecinos de otro pueblo.
“Debo advertir que parece ser el Ayuntamiento el más interesado en esta ceremonia ya que, además del bando que he trascrito, ha hecho que sus dependientes recorriesen aún de noche las masías del término a fin de que sus habitantes no se privaran, por falta de aviso, de los beneficios que había de reportarles el Saludador”.

Todas crónicas, y esta no es una excepción, terminan con una crítica, “El Maestrazgo”, finalmente, se pregunta con ironía:

“Si las suposiciones del corresponsal se confirmaran, sería gracioso ver en su día las cuentas municipales de Cantavieja y buscar en qué capítulo y artículo figuraban los honorarios del Saludador”.

Saludador ciego, dibujo de la revista “Por esos mundos” aparecido en 1909.


1 de octubre de 2014

Jarque de la Val, donde los pastores se llevaban lectura al campo. 1.- El extraño pueblo donde no habían analfabetos

En el verano de 1924, Jarque de la Val saltó a las páginas de los periódicos por ser un municipio donde todos sabían leer y escribir, en una España donde la tasa de analfabetismo se acercaba al 50%. El maestro del pueblo, Nivardo Royo Martín fue el principal artífice de este logro, pero rechazó por dos veces sendos homenajes al que todos los sectores se sumaron unánimemente, para sufrir a la postre el destino de miles de compañeros de profesión: fue depurado por el régimen franquista tras la guerra civil.
Todo empezó con la celebración de la Fiesta del Árbol en el pueblecito turolense el 26 de abril de 1924, fiesta de gran tradición y difusión en que los escolares salían al campo para protagonizar una plantación. Entre los invitados se encontraba el delegado gubernativo de Aliaga, quien comprobó, gratamente asombrado, que en Jarque no había ningún analfabeto.
El delegado, cuyo nombre no he podido averiguar, satisfecho por esta peculiaridad se lo comunicó al gobernador, y un reportero del diario “La Provincia”, en su rutinaria visita al Gobierno Civil a la caza de información, topó con el parte en cuestión, que dio a conocer el 2 de mayo en lo que calificó de “una noticia simpatiquísima y que seguramente no se dará ningún caso en la provincia, ni tal vez en el resto de España”.
La msima se extendió por los diarios nacionales y provinciales. Y aparece un periodista levantino llamado José Castelló y Tárrega, director de “Heraldo de Castellón”, quien reivindicó un homenaje pasando el guante al citado diario “La Provincia”. Veamos parte del artículo que publicó:

“... La «cosa» no puede quedar así, y cuando todos, hasta el elemento más reciamente intelectual de este país banquetea en serio por el triunfo de los perros que concurren a la exposición canina del Retiro de Madrid; ¿qué menos que un homenaje nacional a ese pueblo de la vecina provincia de Teruel por el honroso y confortante ejemplo que nos ofrece?
“Brindamos la iniciativa a las dignas autoridades de Teruel y queremos que sea nuestro intermediario cerca de ellas “La Provincia” si quiere honrarnos aceptando el encargo, tan en armonía con la alteza de miras que constantemente refleja en las pulcras columnas de sus atildados escritos.
“Y como haya pueblos que en sus antiguos portalones o en los chaflanes de sus modernas entradas abiertas fijan carteles o placas esmaltadas, indicadores de la prohibición de la mendicidad, de la blasfemia, etc., en Jarque de la Val podría fijarse la que anunciara al mundo civilizado en que dicho pueblo NO HAY ANALFABETOS”.

“La Provincia” actuó en consecuencia:

¿Negarnos a lo que nos brinda?
¡Cómo nos vamos a negar!
Jarque de la Val, es pedazo de nuestra alma aragonesa, y es tan de casa, como turolenses amantes de lo nuestro nos produce tan viva emoción la propuesta de “Heraldo de Castellón” que no encontramos de momento palabras con que expresar nuestra gratitud y sin perjuicio de volver a ocuparnos de tan honroso como, eso sí, merecido homenaje, cumpliendo con la misión que se nos confía, trasladamos a las autoridades de Teruel la propuesta del ilustre Castelló y Tárrega...”.

Esta propuesta hizo que las noticias sobre Jarque de la la Val se disparasen; en “La Provincia” se ocupaban del tema casi a diario; en los medios nacionales aparecen despachos como este de El Imparcial, el 1 de julio, bajo el título “Homenaje a un pueblo culto”:

“Teruel 30.—El Heraldo de Castellón dedicó un artículo a ensalzar al pueblo de esta provincia Jarque de la Val porque en él no existen analfabetos, y La Provincia se suma a la idea de su colega, que propuso que se rindiera un homenaje a dicho pueblo con tal motivo.
“Se espera la llegada del nuevo gobernador para hacerle la propuesta consiguiente”.


Llegó el nuevo gobernador, Juan Barco Cosme que era entrevistado por “La Provincia” el 5 de julio. Resultó que también había sido periodista, mostró su apoyo al proyecto, dijo que como tenía que hablar con los delegados gubernamentales de los partidos judiciales trataría con el de Aliaga la cuestión, y se comprometió a acudir al pueblo el día del homenaje.

.- Recortes de prensa aludiendo la singularidad de Jarque.

Jarque de la Val, donde los pastores se llevaban lectura al campo. 2.- La opinión pública reclama una recompensa.

Pronto empezaron a conocerse detalles del pueblo que obtuvieron la simpatía general. Por ejemplo, el 21 de julio informaba “La Época”:

TERUEL, 19.- Se prepara un homenaje al pueblo de Jarque dé la Val, por no haber analfabetos.
El maestro, don Ubaldo Arroyo (sic) Martín, ha logrado este triunfo después de veinticinco años de trabajo. El no haber blasfemos y borrachos se debe a las enseñanzas del cura don Carlos Torán.
Como dato curioso, se anota que los pastores, al salir al campo, no se olvidan casi nunca de los periódicos.
Se da el caso de existir en la escuela de adultos un anciano que era analfabeto, y qué, por no ser la nota discordante, prometió aprender a leer en tres meses, ya deletrea y firma con claridad.
La opinión reclama una recompensa para el maestro y el cura”.

Unos días después, el gobernador de Teruel convocó una reunión para formar una Comisión que se encargaría de preparar el homenaje; el dignatario también propuso crear en la capital una biblioteca popular. Y una biblioteca popular para Jarque fue el primer reconocimiento tangible, el mismo día 27 en que “La Provincia” informaba del nacimiento de la comisión, leemos en el madrileño diario “La Voz” estas líneas fechadas en Zaragoza:

El Casino Mercantil ha acordado regalar una biblioteca popular al pueblo de Jarque de la Val, donde no hay un solo vecino que sea analfabeto”.

“La Provincia” sacó mucho rendimiento de la noticia. Hizo una gran encuesta entre autoridades, docentes, políticos, industriales, intelectuales, etc., pidiéndoles su opinión sobre el homenaje y cómo se debía hacer. Durante muchos días publicó las respuestas, que contenían multitud de propuestas como estas.

- Dar a una calle el nombre del maestro.
- Concederle la medalla de Alfonso XII, la Cruz de la Beneficencia, o alguna otra distinción.
- Premiarle con un ascenso en el escalafón o incluso en metálico. Dotarle de una cómoda jubilación.
- Creación de una beca para alumnos aprovechados del pueblo.
- Conceder al pueblo el título de “ilustrado”, “ilustre”, “excelentísimo e ilustrado”, “benemérito de la patria”; o darle el rango de Villa, ¡incluso el de “Ciudad culta y Benemérita”!.
- Colocar placas alusivas a la falta de analfabetos, blasfemos, borrachos y delincuentes en el municipio, bien a las entradas del pueblo, bien en la escuela.
- Regalar una biblioteca al pueblo.
. Construir unas magníficas escuelas, pues las existentes estaban deterioradas.
- Condonar al pueblo de sus tributos durante un quinquenio.
- Subvenciones de los poderes públicos para atender las necesidades del pueblo.

El director de “La Provincia”, León Cano Jarque, se desplazó con un reportero gráfico a Jarque de la Val, para ofrecer el día 25 de ese julio de 1924 un amplio reportaje que fue reproducido en sus partes más interesantes por otros diarios.
Del maestro hace la siguiente descripción:

Don Nivardo Royo, con su cara trigueña, entrecano el cabello y los ojos pensativos, como cargados de sueño o cansados de mirar, bajo sus pronunciadamente membranosos párpados superiores, nos contempla unos instantes...”

Relata que Nivardo Royo nació en Formiche Bajo, el 3 de mayo de 1876 de una familia pobre; pasó la infancia en Villastar y estudió Magisterio gracias a algunos valedores en Teruel, acogido en la Casa de Beneficencia, según declaró no en calidad de expósito, sino por falta de recursos de mis padres y por mi defecto físico”, lo que nos desvela que padecía una minusvalía.
Primero ejerció en Orrios, de donde pasó a Jarque de la Val en marzo de 1898; llevaba, pues, 26 años en el pueblo. En 1921 se había casado con la maestra, Visitación Gómez, natural de Torremocha. Tras un ascenso, le surgió la oportunidad de ejercer en otro pueblo de mayor categoría, pero prefirió seguir en Jarque.

“La Provincia” dio la máxima importancia al homenaje que no se celebró.

Jarque de la Val, donde los pastores se llevaban lectura al campo. 3.- Ni blasfemos, ni borrachos, ni delincuentes.

Veamos algunas declaraciones de los personajes del pueblo que fueron entrevistados.
El alcalde, Juan Francisco Ferrer:

Desde que soy alcalde de este pueblo, a raíz del advenimiento del Directorio, me siento cada día más orgulloso de administrar sus intereses. En realidad, las autoridades, por lo que respecta a la cultura, poco hemos hecho. Cuanto se ha conseguido se debe a la incansable labor de sus maestros, y especialmente al que en la actualidad desempeña esta escuela, D. Nivardo Royo, secundado por su esposa, doña Visitación Gómez, que está al frente de la escuela de niñas
“...Hace algunos años se cayó la torre de la Iglesia, y el Gobierno solo consignó 2.000 pesetas para la reparación, cantidad insignificante, porque el presupuesto ascendía a 30.000. Se hizo un llamamiento a los vecinos, y en pocos días se recaudaron las 28.000 pesetas restantes. De igual manera se hubiera recaudado el total del presupuesto si el Gobierno no hubiese dado nada.
“Tenemos muchas necesidades públicas, pero las más perentorias son: la traída de luz eléctrica, un reloj para nuestra torre y la construcción de un pantano en él sitio llamado Fuente de la Salud. Estas tres mejoras constituyen para este pueblo una gran preocupación. Pediremos protección a los Poderes públicos, y si no nos la otorgan, tarde o temprano realizaremos nuestras aspiraciones, y del mismo modo que levantamos la torre, llegaremos a tener luz, reloj y pantano. En un pueblo como el de Jarque se puede conseguir todo”.

El párroco, Carlos Torán:

“En enero próximo hará dos años que estoy al frente de la parroquia de este pueblo. Mi digno antecesor, D. Crispín Conesa, que estuvo aquí doce años, fue un modelo de religioso. Desde hace medio siglo, Jarque ha tenido maestros ejemplares. Está aquí tan arraigado el amor a la cultura, que los pastores no van al campo sin llevar revistas, periódicos o libros, y se da el caso, como el del pastor del alcalde, que anda a vueltas con el latín y no tardará mucho en saber leer a Cicerón. También es admirable la piedad de este pueblo. En la reciente colecta que se hizo a favor de los niños alemanes, Jarque contribuyó en la medida de sus fuerzas, cómo lo hace constantemente en el cepillo que tenemos en la iglesia para el pan de los pobres”.

Pero lo más destacado, con lo que debemos de quedarnos, es con esta declaración del propio don Nivardo:

“Nada de homenajes, porque ya he dicho que esto no concede ningún mérito para la eterna vida... Y, sobre todo, porque tan abrumado estoy, que si Vds. no acaban pronto me van a matar”.

Y no hubo homenaje. Y no se publicó ninguna de las más de 50 placas que, citaba Cano, había hecho su fotógrafo. Y Jarque de la Val, de golpe y porrazo, desapareció de las páginas de los periódicos. La explicación la publica el rotativo del gremio de la Enseñanza “La Asociación”:

Nuestro estimado amigo y compañero de Jarque de la Val, D. Nivardo Royo, nos ruega encarecidamente suspendamos todo comentario, y publicación de artículos referentes al proyectado homenaje para premiar la cultura del pueblo donde presta sus servicios.
“El Sr. Royo manifiesta por nuestro conducto su agradecimiento a cuantos con este motivo le han dirigido frases de encomio, y suplica se abstengan de hacer nuevas demostraciones en ese sentido, pues cree firmemente que aunque llevada con buen fin, la campaña actual, ha rebasado los límites del elogio, al cual no se cree merecedor, pues se considera un humildísimo maestro, amante de sus compañeros, en todos los cuales reconoce superioridad de dotes; y respetuoso para sus dignos jefes.
“Queda complacido el amigo Royo, y por nuestra parte prometemos atender su ruego para dejar a salvo sus escrúpulos de conciencia y no herir su delicadeza”.

Jarque de la Val en la actualidad (redturismo.com)

Jarque de la Val, donde los pastores se llevaban lectura al campo. Y 4.- Otra propuesta de homenaje, cinco años después.

Los medios de comunicación respetaron escrupulosamente los deseos del maestro turolense; hay que esperar cuatro años para que vuelva a hablarse del tema, dice “La Opinión” el 28 de mayo de 1928:

Teruel, 27.- De Jarque de la Val comunican que una comisión de la Diputación ha entregado al maestro don Nivardo Royo la medalla de oro y el pergamino que le regalan los aragoneses residentes en la Argentina por no haber analfabetos en dicho pueblo.
“El acto de la entrega fue muy emocionante”.

Principios de 1929, “La Voz de Teruel” se entera de que Nivardo Royo había recibido un reconocimiento de Ministerio de Instrucción Pública, consistente en que se le habían dado las gracias por Real orden. Ignorando los deseos del maestro, tal vez por desconocimiento pues habían pasado cinco años, volvió a la carga:

“... La alta recompensa ha sido de todos hasta hoy ignorada. No parece sino que el tiempo ha envuelto en el manto del olvido lo que fue de todos celebrado y por todos aplaudido.
“... Por el buen nombre de esta clase digna y abnegada, por la propia estima de un pueblo y un maestro ha de hacerse algo que sea un sencillo homenaje y que ponga brillante fin a lo que un día conmovió a las fuerzas vivas de Teruel...”.

Algún periódico de Madrid se hizo eco de la propuesta, pero sin la intensidad de la vez anterior, aunque hubo destacadas adhesiones, entre ellas las del capitán general de la Región Militar. Pero al poco se dejó hablar de ello, bien por pedirlo así el interesado, bien por recordarse que ya había rechazado ser homenajeado. Y desaparece Nirvando Royo en los buscadores de la prensa histórica, salvo en cosas propias de su actividad, en el citado periódico del gremio “La Asociación”.
El caso de Jarque de la Val, durante ese verano de 1924, pareció adquirir mayor empaque por publicarse entonces las estadísticas sobre analfabetismo, y siempre se citaba a este municipio turolense, entonces de 239 vecinos, como excepción de la desastrosa situación nacional.
El analfabetismo alcanzaba en España al 52,24% de la población total; descontando a los niños que no alcanzaban la edad escolar, la tasa era del 45,46%, es decir, casi la mitad de los habitantes. La comparación con otros países europeos evidenciaban el enorme desfase español: en Alemania el porcentaje era del 0,05%, en Suecia del 0,06%, en Inglaterra del 0,60%, en Francia del 1,41%, y en Bélgica del 1,92%. España, a años luz... salvo Jarque de la Val.
Pero es sabido que las triunfantes tropas nacionales, que en la última guerra civil “liberaron” Jarque y otros pueblos de su entorno el 23 de abril de 1938, no se caracterizaban precisamente por su amor a la cultura. El de los maestros fue uno de los gremios más perseguidos por el franquismo, y a Nivardo Royo Martín se le cita como “depurado” en la web “Liberados del olvido”, que recoge datos del trabajo no publicado “Depuración de maestros”, del investigador Herminio Foz. Lo que ignoro es el resultado del expediente de depuración, si algún amable lector puede aportar algo...
Los jarquinos sí recuerdan al que durante tantos años fue maestro del municipio, y este verano del 2014, dentro de los actos previos a las fiestas, celebró con orgullo del 90 aniversario de cuando Jarque de la Val fue reconocido como el primer municipio español que erradicó el analfabetismo..



Cartel del homenaje con que Jarque conmemoró lel 90 aniversario de cuando fue noticia (Imagen obtenida de Facebook).

14 de septiembre de 2014

El “Greñicas”, un bandolero de Montalbán. 1.- Un recluso fugado, el azote de la comarca

Juan Espes Rubio (a) “Greñicas” cometió un doble asesinato en su Montalbán natal hacia 1867. Condenado a cadena perpetua se fugó ¡tres veces! de los presidios de Ceuta y Melilla. Saltó a la prensa nacional y turolense a raíz de su detención en 1892 tras su segunda fuga, cuando sembraba el terror en la comarca. Casi logra escaparse tanto de la cárcel de Montalbán como de la de Teruel, lo consiguió en Almadrones (Guadalajara), cuando era devuelto a África. Volvió a ser apresado y definitivamente se largó de Melilla. Huyó a Francia, donde desaparece su pista, tomando el relevo de su carrera criminal un sobrino igualmente apodado “Greñicas” o “Greñicas pequeño”, Pablo Aznar Espes, implicado en un horrendo triple asesinato cenca de Burdeos.
La detención el día anterior, 3 de enero de 1892, de “Greñicas” es la primera noticia que encuentro de este personaje en la prensa digitalizada del Ministerio de Cultura, y dice lo siguiente:

Ha sido capturado en término de Montalbán el famoso criminal «Greñicas», un compañero suyo y dos confidentes.
“«Greñicas», qué se había fugado de presidio donde cumplía cadena perpetua, era el terror de la citada comarca”.

¿Qué delito cometió nuestro protagonista para dar con sus huesos en presidio? La respuesta la da Francisco. Javier Lozano en la web de Blesa (www.blesa.info), donde reproduce la noticia de la detención que publicó “Diario de Avisos de Zaragoza” el día 8, que entre otras cosas, dice:

“El «Greñicas» empezó su carrera criminal cometiendo un doble asesinato, con dos ancianos, padre e hijo de dicha población por el año 1867. Condenado a cadena perpetua, se fugó del presidio de Melilla en 1878 y desde entonces hacía sus incursiones al país de su origen, ya para cometer venganzas, ya para hacer robos y estafas. En la historia de la criminalidad de dicha comarca no se ha conocido otro que infundiera más pavor. El nombre de «Greñicas» erizaba los cabellos, atemorizaba a las gentes y asustaba a los niños: era una sombra, un fantasma, un demonio, peor que se le veía y todo el mundo lo callaba”.

Pero parece que no solo se escapó de la citada cárcel africana, pues en la reseña del juicio a que fue sometido tras su detención, leemos que “Juan Espes confesó haberse fugado de los presidios de Melilla y Ceuta, donde estaba extinguiendo la pena de cadena perpetua”. Muchos años después, tras el crimen de su sobrino y al hablar de su familia, “El País” apunta que “Juan Espes (a) «Greñicas», que había llegado fugado por segunda vez del presido de Melilla, se propuso ser el terror el pueblo...”.

El primer intento de fuga tras la detención tuvo lugar un mes después, en febrero de 1892; la noticia de “El Eco de Teruel” nos devela, por ejemplo, que los se utilizaban grilletes para amarrar a los presos:

El célebre criminal Juan Espes (a) «Greñicas», capturado hace poco y preso en las cárceles de Montalbán, intentó fugarse el día 5 del actual, a cuyo objeto había conseguido quitarse los grilletes y horadar la pared del calabozo.
“Gracias a la oportuna entrada del barbero para afeitarlo, no pudo efectuar su fuga el temible forajido, el cual es posible que dentro de breves días sea conducido a esta ciudad con las precauciones necesarias”.

Los “breves días” se convirtieron en casi un año, pues el traslado de “Greñicas” y su cuñado y compañero de fechorías, Ramón Aznar (a) “Aragonés” de produjo el 10 de enero, y el 19 de mayo de ese 1893 fueron juzgados por robo. “El Eco de Teruel” refleja que el primero fue condenado a 34 años, y su cuñado a 16 años y dos meses, pero no se dan detalle del delito que les llevó ante los tribunales. De nuevo recurrimos a la versión del “Diario de Avisos de Zaragoza”:

“... Esta vez se dirigió a D. Francisco Sánchez y al industrial D. Lucas Quílez, con amenazas de muerte. Lo exigido eran 1.500 pesetas; habían de ser entregadas al «Aragonés»; y cuando éste tenía el dinero en las manos y se disponía a marchar con él, fue sorprendido por la guardia civil.
“Fueron inútiles las preguntas y ruegos hechos al «Aragonés» para descubrir el paradero del «Greñicas». Pero una vez aquel en la cárcel con varios individuos de la familia o parientes de éste, las autoridades todas dieron gallarda muestra de su actividad y celo, con somatén permanente, registros continuados, vigilancia por todas partes, hasta dar con los bandidos, que se guarecían en una casucha del Arrabal de Montalbán.
“Ante la guardia civil no hicieron resistencia los bandidos, y el «Greñicas», que no se acordó en aquel momento más que de su vida, pidiendo a sus aprehensores se la conservaran, desmintió su historia y la opinión que de él se tenía”.


Aspecto del “Greñicas”, interpretado por el artista de la localidad Antonio Irrisari (cronicasmontalbinas.blogspot.com.es)

El "Greñicas", un bandolero de Montalbán. 2.- Especialista en fugas: a la tercera fue la vencida

Damos un salto en el tiempo hasta diciembre de ese 1893; nuestro personaje sigue en la prisión de la capital y protagoniza un segundo intento de fuga tras el de Montalbán; nos da la noticia de nuevo “El Eco de Teruel”:

“El martes último, recibió por el correo el Sr. Director de la cárcel un anónimo, en el que le notificaban que en la casa se tenía preparada una fuga de presos, todos de penas graves, dirigida por «Greñicas», y que al fugarse tenían el propósito de atentar contra la vida del director y vigilantes. Tomadas inmediatamente las disposiciones convenientes para indagar si el anónimo podía tener algún viso de verdad, se hizo una requisa, de la que resultó que el precitado «Greñicas» y otros presos por graves condena tenían casi por completo serrados los barrotes de los formidables grillos que llevaban, deduciéndose por todo lo demás, que la evasión hubiera sido inmediata a no ser por la oportunidad del anónimo”.

Total, que gracias a sus fugas o intentos, periódicamente es noticia el montalbino. Por la siguiente noticia, publicada por “El Correo de España”, el 1 de julio de 1894, sabemos que logró fugarse dos meses antes pero fue de nuevo atrapado:

El preso que se fugó de la cárcel de Almadrones el día 10 de mayo y que se halla en la actualidad en la se Sigüenza se llama Juan Espes Rubio, natural de Montalbán (Teruel) y tiene pendientes varias penas, entre ellas una de cadena perpetua, otra de treinta años por robo y asesinato y se ha fugado de la colonia penitenciaria de Melilla y de diferentes cárceles. ¿Qué extraño es que se fugara de la de Almadrones? Lo que si admira es que, dada su pericia y práctica, se haya dejado coger”.

Lo gracioso es que alguien aprovechó la noticia de la fuga del “Greñicas” para intentar aprovecharse del miedo que su nombre transmitía y conseguir dinero... y mujeres. Este suceso que narra “El Eco de Teruel” se produjo apenas una semana después de su fuga.

El día 17 del actual se presentó a D. Lucas Quílez, en Montalbán, el vecino de Plou Jaime Ferrer (a) «El Cojo», quien exigió en nombre del célebre criminal «Greñicas», no solo la respetable cantidad de 3.000 duros, sino lo que más gracia tiene, de que le fueran entregadas dos chicas, las que en unión del dinero debían ser entregadas al «Greñicas» y su partida, compuesta de 9 individuos uniformados y armados, que esperaban en el barranco del Infierno.
“Lo relatado llevó la alarma a los pacíficos vecinos de Montalbán y en especial a las mujeres, que desde aquel momento se veían amenazadas de una especie de tributo parecido al de las cien doncellas; mas la Guardia Civil que tuvo conocimiento de los hechos se encargó de depurarlos, haciéndolo con tal acierto y rapidez, que a los pocos momentos quedó desecha la burda trama, urdida para robar a D. Lucas Quílez, y su autor, Jaime Ferrer, fue entregado a los tribunales de justicia, en los que encontrará lo que merece por su proceder criminal”.

El que la sigue la consigue... devuelto a Melilla, vuelve a aparecer en los periódicos por “lo de siempre”. “El Eco de Teruel” informa del hecho, que sucedió la tarde del 4 de octubre de 1895:

“La fuga del célebre criminal «Greñicas», del penal de Melilla, tiene bastante preocupados a los propietarios de muchos pueblos de los partidos de Montalbán y antiguo de Aliaga.
“Las autoridades y la Guardia Civil redoblan sus pesquisas por si pudieran nuevamente presentarse por aquel territorio, teatro de sus temibles hazañas, el terrible bandido que tanto dio que hacer años atrás”.

Y las reacciones no se hicieron esperar. El 27 de diciembre de ese año, denuncia “Siglo Futuro”, aunque dice que no se había fugado sino que estaba en libertad, error que rectifica la prensa turolense a una información similar, como vemos en la foto de debajo:

Ha empezado a cometer nuevas fechorías en la provincia de Teruel el bandido «Greñicas», que hace poco salió del presidio de extinguir una larga condena”.

Noticia publicada la nochevieja de 1895 por “La Opinión”, diario turolense.

El "Greñicas", un bandolero de Montalbán. 3.- El “Greñicas pequeño”, coautor de un triple crimen

Desaparece de la actualidad Juan Espés hasta 1903, en que el crimen de un sobrino, hijo de “Aragonés”, hace que los periódicos se fijen en sus antecedentes. Dice “El País” el 23 de abril, al hablar de la familia de Ramón Aznar Espes con motivo de juicio:

La madre y hermanos de este procesado se hallaban en Francia adonde habían sido llamados por un hermano de aquella, conocido por el «Greñicas» Este sujeto es el tío de Aznar a que antes me refería y que parece ser un pájaro de cuenta.
“El padre estaba en la cárcel de Zaragoza por culpa del «Greñicas»”.

Y, más adelante:

Juan Espes ha sido jefe de una partida de bandidos que cometió una porción de; fechorías en Aragón y Valencia, y actualmente debe hallarse emigrado en el Mediodía de Francia, donde lo vieron su sobrino y Cirujeda en Marzo de 1902.
“Desde Burdeos llamó «Greñicas» a su hermana, que fue con sus hijos más pequeños.
“Ramón Aznar, después de cumplir su condena, que le cogieron varios indultos, se fue a París donde debe continuar según manifestaciones de su hijo Pablo, renegado de esta familia.
“He aquí por qué al regresar de Cuba (donde hizo el servicio militar), el hoy procesado, no encontró en Montalbán a nadie de su familia, y marchó a Burdeos a unirse con su madre y hermanos”.

De repugnante fue tachado el crimen perpetrado por Ramón Aznar hijo, apodado “El Greñicas pequeño”, de 26 años, y otro montalbino llamado Cayetano Vicente Cirugeda (a) “El Churro”, de 31. Fue perpetrado la noche del 23 al 24 de abril de 1902, en el lugar denominado Gratecap del municipio francés de Libourne, departamento de Gironda (Aquitania).
Los autores fueron detenidos en Bilbao y allí juzgados, siendo condenados a muerte. El relato de los hechos aparece en todos los periódicos importantes (El País, Heraldo de Madrid...), como es muy extenso, haré un extracto.
El Gratecap vivía el agricultor Pedro García con su esposa, Concepción Supervia, y el hijo de ambos un bebé llamado Edmundo. Como españoles que eran, proporcionaban trabajo y vivienda a los compatriotas que allí iban, dispensando trabajado y vivienda al “Greñicas pequeño” en alguna épocas en que estuvo en el pueblo.
A medianos de abril de 1902, allí se encontraban Aznar y Vicente; en una ocasión oyeron hablar a Pedro García del dinero que guardaba su mujer, por desgracia para éste. Así relataron los periódicos el crimen:

“A las dos de la madrugada se levantaron de la cama, subieron a la habitación en la que se encontraba Pedro García, su mujer e hijo, y acometiéndolos con navajas, dieron a los tres muerte en el acto.
“La agresión de los esposos se hizo cuando estos estaban completamente indefensos, desprevenidos y solo con la ropas de dormir, y la agresión al niño cuando estaba en la cama.
“Pedro Gracia fue degollado recibiendo de los procesados 31 puñaladas en todas las partes del cuerpo, algunas de ellas en la región glútea cuando estaba muerto y boca abajo.
“Asimismo, Concepción Supervia fue degollada, recibiendo 12 puñaladas en todas las partes del cuerpo.
“El niño también fue degollado, recibiendo ocho puñaladas, todas ellas en el cuello.
“Cometidos estos crímenes, los dos procesados se dedicaron a coger cuantos objetos les convenía, y con ánimo de lucro se apoderaron, por lo menos, de dos billetes del Banco de España, de 50 pesetas cada uno, una moneda de oro de 10 francos, una cadena de plata, dos relojes, un revólver, unas botas y varias ropas, tasados todos estos efectos judicialmente en 50 pesetas...”.

Su paisano “el Churro” no era precisamente un angelito, veamos sus antecedentes:

Vicente Cirujeda, cuenta treinta y un años de edad y es natural de Montalbán (Teruel).A los diecisiete años, fue procesado y sentenciado por fratricidio; a los veintitrés por amenazas de muerte, y otras varias veces por lesiones.”

“Cueva del Greñicas”, donde según el decir popular se refugiaba el bandido.

El "Greñicas", un bandolero de Montalbán. Y 4.- El “Greñicas” mítico, la otra versión

También hay una versión romántica y amable de Juan Espés “Greñicas”, como la que aparece en la guía del Parque Cultural del Río Martín y que reproducen algunas webs de Montalbán, por ejemplo, cronicasmontalbinas.blogspot.com.es. Una versión más que diferente, opuesta a la que hemos visto:

“Os vamos a contar una leyenda que se cuenta de boca en boca, sobre el bandolero «Greñicas» y la cueva donde se refugió, en la montaña conocida como La Muela.
“Había un agricultor en Montalbán llamado Juan Espes, quien, a finales del siglo XIX, se vio obligado a esconderse en el monte por haber desafiado a un adinerado y apoderado cacique de Montalbán al enfrentarse a él por los abusos que cometía contra los pobres y al que dejó malherido tras su pelea.
“Encontró refugio en el macizo de la Muela, donde perseguido por los seguidores y criados del cacique, pudo despistarlos refugiándose en una cueva cuya entrada estaba oculta por los matorrales que crecían alrededor. Durante mucho tiempo estuvo en el monte, descuidando su aspecto, una larga y desordenada cabellera creció a la vez que su barba, se alimentaba de lo que el monte le ofrecía y bebía agua de las fuentes cercanas, la de los Vaciones y la de Valdemiguel.
“Después de mucho tiempo, regresó a Montalbán creyendo que le habían olvidado o dado por muerto; su aspecto descuidado y su gran melena le merecieron el apodo de «El Greñicas», contando a las gentes que se había refugiado en una pequeña cueva. Fue apresado e ingresado en prisión, se fugó en varias ocasiones, regresando a Montalbán, y cuentan que formó una cuadrilla de bandoleros que recorrieron el río Martín.
“Cuenta la leyenda que, cansado de vivir acosado por los agentes de la ley, se marchó a Francia, donde tuvo familia y murió.
“Esta es la historia del bandolero «Greñicas» y su cueva”.

Ningún crimen... pero sí una cueva que inmortaliza el nombre del bandido en la toponimia montalbina, y una figura mítica para el patrimonio de la villa.

Y un apunte final, en septiembre de 1920 fue noticia otro “Greñicas”, de raza gitana, un tal Marcos Utrera Cortés, que en compañía de su hermano Juan (a) “Tartaja” asesinaron por tierras granadinas a los dos guardias civiles que los trasladaban a un presidio.

Pie de foto: plano de la cueva a la que da nombre Juan Espes (elmundotespera.wordpress.com).

5 de septiembre de 2014

Nicanor Villalta, el actor. 1.- Su hermana Marina, la torera


El mejor torero que ha dado la tierra turolense, y uno de los grandes de su tiempo, fue Nicanor Villalta y Serres (Cretas, 1897-Madrid, 1980), figura bien conocida por los aficionados a la tauromaquia y por los turolenses en general. Lo que casi nadie sabe es que también hizo sus pinitos como actor. Y no por ser uno de los “Juguetes rotos” de la película del mismo título dirigida por Manuel Summers que se estrenó el 1 de enero de 1966, sino en su calidad de protagonista de “El suceso de anoche”, dirigida por León Artola, rodada y presentada en 1929.
En España se iniciaba en ese momento la difícil transición al cine sonoro que culminó hacia 1932, tarea complicada por la necesidad de adaptar los cines y por los distintos sistemas existentes. “El suceso de anoche” era, pues, una película muda y evidentemente en blanco y negro.
No fue Villalta el único diestro al que tentó el celuloide, parece que se puso de moda reclutar toreros de renombre como reclamo para el público. La primera noticia que encuentro de esta faceta artística del diestro de Cretas aparece en julio del citado 1929 en la revista barcelonesa “La Fiesta Brava”, escrita con gran sentido del humor bajo el título “Villalta en cinta”, y como subtítulo “No asustarse ni llamar al tocólogo”:

“He dicho Villalta en cinta, y hay que aclarar esto para evitar sobresaltos.
“Se trata, nada más, de que Nicanor Villalta, el formidable torero de Cretas, va a tirarle un reto a Rodolfo Valentino. Así lo aseguran estas líneas que copiamos:
"El día primero de agosto se empezará a impresionar una película, que dirige León Artola. Su título es «El suceso de anoche», y el protagonista lo encarnará el diestro Nicanor Villalta.
“El resto del, reparto lo forman María Luz Callejo, Marina V. Serres, compatriota de Dolores del Río; Celia Escudero, Ana Tur, Jack Castelo, Juan Zacone, Leo de Córdoba, Manuel Rosellón y Manolo Montenegro".
“Por hacer este galán le dan a Villalta cuarenta mil duros.
“He aquí una gran faena de Nicanor, sin más «exposición» que la puramente fotográfica”.

La segunda de las actrices, es oficialmente como vemos arriba y en las webs modernas de cine, Marina V. Serres, “compatriota de Dolores del Río”, una famosa actriz mexicana. Afortunadamente hay crónicas que se centran en esta figura y nos desvelan que la V. corresponde a Villalta, pues era hermana del diestro, Y compatriota de Dolores del Río porque, siendo niño Nicanor, los Villalta emigraron al país centroamericano.
Lo descubren simultáneamente, el 7 de septiembre, “El Clarín”, de Valencia, y el diario madrileño “El Imparcial”. El primero relata lo siguiente bajo el titular “Nicanor Villalta, peliculero”:

“El valeroso diestro aragonés ha sido contratado para filmar una película titulada «El suceso de anoche», con la bonita cantidad de 40.000 duros. En dicha película aparece, como novia del torero su hermanita Marina, guapa y simpática muchacha, que lo mismo se pone ante la pantalla para eclipsar las glorias de la Bertini, como se lía por naturales con un becerro de casta y pitones.
“Marina Villalta, valerosa como buena aragonesa, torea mejor que muchos novilleros que se creen de postín. Lo habíamos oído decir a sus hermanos y no lo creíamos. Ha bastado que amigos nuestros lo hayan visto para que nos convenzamos.
“«De raza le viene al galgo». La simpatiquísima Marinita Villalta, es artista de abolengo; torero su padre, torero su hermano, y torera, torerísima, ella, con muchas arrobas de sal y pimienta y una figura capaz de marear al asesor más corto de vista.
“Ganas tenemos de ver proyectar esa película, para apreciar con todo detalle las insuperables condiciones de Nicanor y su hermana para el arte mudo, y las ya contrastadas para el arte taurino.
“¡Nicanor! Ahora serás más fenómeno que antes. ¡Te vas a ver en cinta!”

“El Imparcial” le echa más flores, con un amplio reportaje, una fotografía del rostro de Marina y la que hay debajo con el siguiente pie:

“He aquí a Marina V. Serres, toda gallardías, gentileza y arrogancias, «filmando» una escena de «El suceso de anoche» en la hacienda de Encinasola. ¡Cuántos toreros quisieran esa quietud de pies, esa estética en la figura y ese dominio sobre la bestia para sus tardes de triunfo!”
(Sigue)

Marina Villalta dando un pase, imagen que publicaron "El Imparcial" y otros periódicos.

Nicanor Villalta, el actor 2.- Exitoso estreno en Madrid

“El suceso de anoche” se estrenó en el “cine Madrid” de la capital de España en vísperas de las fiestas navideñas, un 16 de diciembre de 1929. Y con gran éxito de asistencia, como narra al día siguiente “La Libertad”:

... El nombre del famoso lidiador Nicanor Villalta y una original propaganda llenaron totalmente tarde y noche las dos amplias salas del popular cine Madrid, y hemos de anteponer a nuestro juicio el hecho de que el público no sólo no se consideró defraudado, sino que, contra lo que es costumbre en el cine, exteriorizó su aprobación en varios momentos, aplaudiendo con entusiasmo...“.

¿Y cómo la acogió la crítica? Esto es lo que firma “Focus” en el diario “El Sol”, elogio a la “señorita V. Serres” incluido:

“Nicanor Villalta, siguiendo el ejemplo de Algabeño, de Lalanda y otros diestros del toreo, acaba de figurar como protagonista de un «film» titulado «El suceso de anoche» y proyectado por primera vez ayer en el Cine Madrid.
“Es, por tanto, una nueva película española en que el ambiente torero predomina en las últimas partes como resultado de un drama folletinesco que se expone en las primeras. SI el argumento en total fuera más breve, más dinámico y claro —peca de algo desmedido y confuso—, sería muy gratamente visto. Porque está realizado con pulcritud técnica y habilidad cinematográfica. Es decir, que muchos de los defectos inherentes a producciones nuestras han sido suprimidos, o, cuando menos, atenuados en esta película.
“Nicanor Villalta brilla más como torero que como actor, naturalmente; pero sin que por ello su actitud y su gesto se extralimiten o desborden de una acentuada discreción actuativa. Los demás copartícipes también se lucen por su trabajo, y sobresalen María Luz Cablejo y la señorita Serres, singularmente esta última, que acusa ademán y temperamento de actriz de «cine»".

Curioso es que, tras la buena acogida del filme, la sala cinematográfica organizó una sesión musical, que así anuncia el día 22 “La Libertad”:

“MAÑANA, EN CINE MADRID, extraordinario acontecimiento. Estreno del pasodoble «El maño», del maestro Alonso, dedicado al diestro protagonista de «El suceso de anoche», Nicanor Villalta, que será interpretado por la Banda del regimiento de Saboya, con la asistencia de estas dos figuras cumbres de la música y el toreo”.

Según narra “La Fiesta Brava” el 17 de enero de 1930, el éxito de la película hizo que algunos temiesen que Villalta dejase los ruedos, lo cual desmintió el diestro; ni de él ni de Marina encontramos posterior filmografía, salvo la citada y obra de Summers “Juguetes rotos” en cuyo rodaje lidió el último toro de su carrera. Con el desmentido del turolense, termino:

“... El éxito definitivo obtenido en la filmación de esa película, que añade un nuevo jalón a la triunfante producción nacional, ha servido para que a Villalta le hayan hecho ventajosísimas proposiciones para seguir cultivando ese arte tan remunerador como el del toreo pero con muchísimo menos riesgo que éste. Ello ha motivado que alguien apuntase la sospecha de que Nicanor abandonase la peligrosa profesión que le ha hecho célebre, temor que el mismo diestro se ha apresurado a desvanecer.
"«Torear -ha dicho- dar rienda a esta afición que arde en mí y que me empuja a la lucha por el triunfo constante; esa es mi mayor ilusión, ese es mi deseo más ferviente. Ante todo torero»."

Secuencia de la película publicada por "La Fiesta Brava", Villalta, de pie.

30 de agosto de 2014

¡Qué viene el lobo! 1.- Barrachina, 1867: peor que en el cuento de Caperucita

¿Causaban víctimas los lobos entre la población? He oído decir a defensores de estos animales que nunca atacaban a las personas, solamente a los ganados, y así era en la mayoría de los casos... pero no siempre. En épocas de guerra o hambruna –las primera solía desencadenar la segunda- los lobos llegaban a atacar y devorar a las personas a falta de otras presas más fáciles.
Los casos que he encontrado en los periódicos digitalizados se produjeron dos antes de que el siglo XIX llegase a su ecuador, y el más grave, que se dio en el pueblo de Barrachina, el año 1867.
En esta noticia de “El Constitucional” que salió a la calle el 10 de febrero de 1841, se citan dos víctimas, una en Jabaloyas y otra en un lugar que no se especifica:

“Con motivo de haberse concluido los ganados lanares en toda esta provincia por efecto de la rapiña carlista, los lobos que recorren los montes de esta provincia se han hecho tan atrevidos hacia las caballerías y personas, que ha sido forzoso al señor jefe político dar orden para que en los pueblos se den batidas generales algunos días de fiesta; en las que se han dado hasta ahora se han matado dos lobos en Mora, uno en la Puebla y otro en Sarrión.
“El tomar esta determinación la autoridad superior fue a consecuencia de haberse comido a una mujer que desde una casa de campo pasaba también a otra casa de campo, después de anochecido, de cuya desgraciada víctima solo encontraron un brazo; y hace unos ocho días en Jabaloyas se han comido a un chico de unos diez años. Llega a tal su descaro, que por la noche siguen a los hombres hasta la entrada de los pueblos”.

Pero el suceso más escalofriante se produjo en Barrachina el último día de febrero o el primero de marzo de 1867. Un viajero que llegó al pueblo, tal vez un sacerdote, narró lo sucedido en una carta publicada por el diario católico “La Esperanza” el 9 del segundo mes, carta que enseguida reprodujeron otros periódicos de Madrid y otras ciudades. Solo la casualidad hizo que los hechos llegasen a ser de dominio público. ¿Se dieron otros similares en estos entonces lugares remotos sin que hubiera un viajero para contarlos en un periódico? Probablemente sí, pero nunca lo sabremos.
Este es el texto completo de “La Esperanza”:

“La siguiente carta da cuenta de un horroroso suceso ocurrido en el pueblo de Barrachina, provincia de Teruel:
"Escribo a Vds. bajo la más triste impresión: he sido testigo de una escena espantosa que ha dejado hondamente afectados los ánimos de este pacifico vecindario. El día 1.º de marzo llegué al pueblo de Barrachina, provincia de Teruel, y me llamó mucho la atención encontrar todas las puertas cerradas y reinar en la localidad el más profundo silencio.
“No tardé en saber que el triste motivo que había producido aquélla alarma era el de haber penetrado en el pueblo cuatro enormes lobos que, acosados por el hambre, se lanzaron furiosamente sobre un grupo de diez niños que se hallaban jugando en la calle Mayor, matando y devorando a cuatro de ellos, y dejando en muy mal estado a los restantes.
“Un grito de espanto resonó inmediatamente en el ámbito de aquel pequeño pueblo, y reunidos algunos vecinos, empezaron a hacer fuego contra aquellas fieras, consiguiendo matar dos de ellos en las mismas calles del pueblo.
“Dejo a la consideración de V. calcular cuál será el estado de las desgraciadas madres que han visto esparcidos por las calles los restos inanimados de los hijos de su corazón. Me encuentro tan profundamente afectado, que carezco de tranquilidad para referir más pormenores y detalles sobre esta horrorosa escena”.

Lobos atacando un rebaño. Imagen tomada de retablodelavidaantigua.blogspot.com.

¡Que viene el lobo! 2.- Lobos y rabia, mala combinación

Ganaderos, y en especial pastores, eran los principales damnificados de los lobos, y los enfrentamientos entre ambos saltaban a veces a las páginas de los periódicos. “El Heraldo” (de Madrid) informa el 2 de febrero de 1847 de un caso en el que el antagonista humano quedó mortalmente herido, pero como veremos enseguida, las consecuencias fueron más allá:

“LUCHA DE UN LOBO CON UN PASTOR.- El día 23 de enero ocurrió en el pueblo de Las Parras de Martin, provincia de Teruel, el lance siguiente:
“Estando un pastor apacentando su ganado, divisó un enorme lobo, que se dirigía a su manada; tomó sus precauciones de defensa, a fin de que no le arrebatase alguna res; pero el carnívoro animal sitió a la manda e hizo los mayores esfuerzos para hacer presa; sin embargo, todo fue inútil por la vigilancia del pastor.
“Viendo la fiera frustradas sus esperanzas acometió al hombre con desesperada furia, y por gran rato lucharon ambos, hasta que los esfuerzos del pastor pudieron lograr echarle a tierra; teniéndole entonces asido del cuello, dio grandes voces de socorro, acudió otro pastor y le descargó grandes golpes y navajadas.
“Creyéndole ya muerto, lo cogió al hombro para conducirlo al pueblo, y cuando se creían ya victoriosos, se levantó de nuevo la fiera, le da una dentellada en la nariz, que le arrancó enteramente; pero volviendo sobre ella, lograron concluirla por fin, quedando, sin embargo, el pastor sin narices y muy maltratado de las heridas que recibió, hallándose en la actualidad sin esperanzas de vida”.

“Muy maltratado y sin esperanzas de vida”, parece el fin de la noticia. Pero, sorprendentemente, seis meses después, “El Eco del Comercio” de nuevo saca a colación dicha noticia, pues las consecuencias fueron más graves que la muerte del pastor,
El cronista dice que desde dos años atrás había aumentado la presencia de lobos “sin duda por no perseguirlos, pues de ello no cuida la autoridad”, y que uno muy crecido se dejaba ver entre Utrillas y Las Parras, el protagonista de la noticia.
Al pastor le arrancó la nariz y le hizo una herida en el cuello, y el que le ayudó a reducirlo “solo recibió un pequeño mordisco, llegando el tercer pastor con un perro que se le agarró al lobo en el morro, y sujeto por el perro y el que le tenía abrazado, le desbarrigó con una navaja el pastor que no tenía lesión, resultando que dos de los pastores naturales del pueblo de Las Parras de Martin fueron mordidos”.
“El Eco” añade un nuevo elemento, la rabia. Ante la sospecha de que el lobo estaba infectado, los dos pastores fueron a visitar a un “saludador” “que se consiente esté a las inmediaciones de Teruel” (De estos personajes hablaré en otra ocasión). Y después el desastre, como revela el relato:

(...) Pasaron treinta y ocho días, y el que fue herido en la nariz se sintió malo, y a los tres días después de pasar por los trámites más espantosos, murió de rabia: ya habían trascurrido cuatro meses cuando el otro pastor que fue herido por el lobo, estando en el campo se notó enfermo, quiso beber agua y ya no pudo pasarla; se retiró a la población y se manifestaron todos los síntomas que había tenido su compañero, solo que no estaba tan furioso , pero más postrado murió a los cuatro días, siendo este caso más raro por haber pasado tanto tiempo”.

El problema es que el lobo no solamente infectó a los pastores:

(...) Mas como e! lobo mordió a muchos perros, uno de ellos rabió y mordió a otros muchos; algunos se mataron pero otros no, y un vecino de esta villa tenía una perrita, la que no quería comer, y tratando su amo de obligarle le dio un mordisco en la mano, entonces la mataron, y el hombre fue al visitador como los otros; mas han trascurrido sesenta y seis días, y está en la agonía, rabioso, habiéndose notado ya enfermo o sin poder pasar el agua hace tres días”.

Ya no era un problema de los estragos de los lobos, sino de los estragos de la rabia: “El país está aterrado con estos sucesos, pues son muchos los perros que hay mordidos: es muy probable que lo estén los lobos y otra clase de animales, y además son muchos los que han recibido mordiscos de los perros durante todo este tiempo, y todos están temblando y temiendo que se generalice esta espantosa calamidad que no tiene curación, y en la que los dos primeros días es más espantoso que estar en capilla, pues la muerte es segura (...)”.

Lobos domesticados en 1916; imagen publicada en "Gran Vida" el 1 de marzo de dicho año.